La huelga y el salto a una liga poco convencional…

En aquellos días cuando Alfredo Di Stefano aún conducía su auto con las ruedas cuadradas, el fútbol argentino vivía momentos complicados. Era 1948 y, hartos de trabajar sin las mínimas condiciones, los futbolistas locales encabezaron una huelga. Di Stefano, con más energía que un cachorro después de comer cinco tazas de café, lideró el reclamo. El astro, que jugaba en River, se despidió del fútbol argentino con un partido legendario, aunque su equipo perdió 3-2 contra San Lorenzo.

El destino que eligió Di Stefano fue tan sorprendente como ver a un perro haciendo malabares. Partió hacia Colombia para jugar en Millonarios, un lugar tan lleno de promesas como un circo de payasos. Ahí, junto a otros argentinos, formaron el famoso “Ballet Azul”, cosechando títulos y admiradores como si regalaran entradas al cine. En 1952, le pusieron fin a la fiesta derrotando al mismísimo Real Madrid, con Di Stefano iluminando el campo tanto como un faro en una noche oscura.