Jugadores de River se mudan a Vélez…
Los pasajes de Núñez a Liniers han sido tan populares que algunos fans de fútbol ya los comparan con la Línea D en hora pico. Un famoso caso fue Beto Alonso, quien dejó River para jugar en Vélez porque Alfredo Di Stéfano no lo quería y las dirigencias parecían empeñadas en una competencia de quién lo ignoraba mejor. Ahora, con el posible traspaso de Manu Lanzini, parece que Vélez se ha convertido en un spa de recuperación para aquellos que se sienten fuera del lugar en River.
Rodrigo Aliendro recientemente firmó por dos años con Vélez después de que Marcelo Gallardo le hiciera más caso a su propio peinado que a él. Tomás Galván, prestado por un año, ya ha hecho más goles en Vélez que pizzas quemadas en un horno nuevo. Emanuel Mammana y Elías Gómez continúan sus andanzas en el Fortín, y Braian Romero ha desempolvado sus botas para seguir marcando en Vélez, aunque su camino fue más largo que la fila en un banco un viernes por la tarde. Todo bajo la dirección de Guillermo Barros Schelotto, quien con su historia en Boca hace que este combo sea más curioso que una pizza con kiwi.