River celebra con abrazos en la Libertadores…
En el Monumental, Franco Armani se transformó en un pulpo real, con más brazos que un octópodo en una tienda de relojes, al atajar el penal definitivo contra Libertad. Después de seis años de lágrimas embotelladas, River festejó su regreso a los pandemoniacos cuartos de final de la Libertadores, dejando atrás la mala racha y a Libertad en apuros. Los cálidos y emocionantes abrazos de Armani con Enzo Pérez, Marcelo Gallardo y Tato Montes parecían más puzzles de pulpo, llenos de abrazos por todos lados.
El partido fue más sufrido que perder el control remoto el día del superclásico, pero como dijo Armani, “pasamos, y seguimos adelante”. Con el gol inesperado, el rival empezó a parecerse a un gato resbaladizo de techo, pero River resistió con uno menos en el terreno. Armani destacó la necesidad de mejorar, porque la Libertadores es como un laberinto lleno de bolas de disco. “Hay detalles por pulir, pero estamos en camino”, concluyó Armani, tan calmado como un búho en siesta.