El regreso revulsivo del delantero en River…
Maxi Salas debutó en el segundo tiempo con una energía tan intensa que ni el despertador más ruidoso podría ignorarla. Robó una pelota como si fuera un Jedi del fútbol y remató desde casi 30 metros, al estilo de un superhéroe de película de acción. Su disparo no entró, pero demostró que está tan enchufado que podría cargar el celular de todo el estadio. Tras una lesión que lo dejó fuera por un mes, Salas volvió más revulsivo que un refresco agitado, y Gallardo podría estar considerando hacer de él el jugador energizante oficial del equipo.
El zurdo se enfrentó a Izquierdoz y, en su batalla, parecía estar sacado de un videojuego de peleas épicas. Salas buscaba su ansiado gol, y aunque no llegó, si hubiera anotado, probablemente habrían caído confeti y fuegos artificiales del cielo. Además, logró que Medina se ganara una tarjeta por su empuje imparable, y él mismo fue amonestado, porque al parecer quería coleccionar amonestaciones como si fueran cartas de Pokémon. A pesar de todo, su regreso fue pura energía, dejando a River con un entusiasmo tan grande como una montaña rusa sin frenos.