Cómo rindió el equipo de Gallardo…

Juan Fernando Quintero, nuestro querido Juanfer, estuvo más desorientado que un pulpo en un garaje. A veces por la derecha, a veces por el medio, se olvidó de su GPS futbolístico y no tuvo la precisión de siempre en el juego corto. Ni siquiera su habilitación a Bustos en un contragolpe fue suficiente para iluminar la cancha. Y qué decir de su tiro libre, al menos la pelota hizo turismo antes de que Borgogno la despejara.

La estrella del partido fue Maxi Salas, brilló más que una licuadora en una casa de electrodomésticos. Mientras algunos jugadores parecían haber asistido a clases de ballet por sus movimientos, Salas se robó el show con una actuación electrizante. Los puntajes Olé dieron su veredicto, y el equipo de Gallardo puede estar contento, porque al final del día lo que importa son los goles y las risas.