River peleó, pero tres expulsiones lo condenaron…
El partido entre River y Real Madrid fue tan caliente que parecía un asado en pleno verano. Los chicos de River jugaron con todo, pero el árbitro parecía más interesado en repartir tarjetas que en ver buen fútbol. Como si fuera un mago sacando conejos de la galera, terminó dejando a River con tres jugadores menos. A pesar de la expulsión de Gonzalo Pereyra, el equipo jugó con corazón, pero aguantar al Real Madrid con menos gente es como intentar sacar una buena foto grupal sin que nadie salga con los ojos cerrados.
La doble expulsión de Cirilo Pereyra y Emiliano Quevedo fue como un baldazo de agua fría en invierno. River, herido, recibió un gol a los 5′ del segundo tiempo por obra de Mateo Garrido, y luego Bryan Bugarín, con un tiro libre, terminó de dictar sentencia. El lío al final fue casi un espectáculo de lucha libre, con técnicos y seguridad interviniendo. Sin embargo, River se despidió con la cabeza en alto, habiendo dejado una buena actuación en el campo. Como dicen por ahí, perdieron el partido, pero ganaron experiencia… aunque no puedan pagar el almuerzo con eso.