Renovación del joven delantero preocupa a River…

El futuro de Ian Subiabre, joven promesa de River, tiene a todos en vilo como si estuvieran esperando turno en el dentista. Con su contrato actual terminando en 2026, el tema no es operador dental, sino el monto de la cláusula de rescisión. Enzo Francescoli, cual bombero en una tienda de fuegos artificiales, se reunirá con el grupo de Caniggia para resolver este conflicto. Esta negociación se dilata más que una novela coreana, todo porque el número escrito en el contrato era más grande que la pizarra en una clase de álgebra.

River quiere evitar que Subiabre se vaya libre o que su entorno fuerce una venta prematura, como si fuera un capítulo de “Los Simuladores”. El acuerdo de palabra es hasta 2028, pero el problema vino cuando la cifra de 35 millones de euros se infló a 100 millones, como si estuvieran vendiendo una fórmula mágica contra el bostezo. Aunque Caniggia quiere un salario que pegue con la cláusula, Subiabre prefiere cerrar pronto y olvidarse de esta odisea burocrática. Barcelona vino con una oferta del 75%, pero River los mandó a pasear como si quisieran llevarse al Obelisco en una maleta.