Una bienvenida entre risas y anécdotas…
En La Plata, los hinchas de Estudiantes querían darle a Marcelo Gallardo una recepción tan cálida que casi lo confunden con un churrasco al asador. Recordaron la famosa frase del Muñeco en 2009 y se acordaron del Narigón con un grito. Mientras, los ex compañeros de River parecían más reunidos que los ingredientes de una pizza en el banco de suplentes, y los fanáticos desplegaban pancartas de Bilardo y Sabella, como si fueran las estrellas de un equipo de fútbol celestial.
El partido también trajo un momento digno de una comedia romántica: Eduardo Domínguez se acercó a Gallardo y, tras un abrazo tan afectuoso que un oso panda lo envidiaría, intercambiaron palabras sonrientes. Estudiantes aprovechó la ocasión para mostrar su nuevo escudo, que seguramente inspiró a Verón a pensar que si el escudo puede cambiar, quizás mañana podamos desayunar helado como el desayuno de campeones definitivo.