Goles, VAR y emociones al máximo…
River arrancó el partido contra Estudiantes con el pie derecho y quizás un poco del izquierdo también. Galoppo abrió el marcador de cabeza tras un córner de Nacho Fernández, y luego Nacho encontró mal parada a la defensa de Estudiantes para meter el segundo. Fue tan fácil que parecía que hasta mi abuelita en pantuflas podía anotar. Pero el VAR intervino para revisar el gol de Nacho por una supuesta mano, aunque al final fue con el pecho. Aunque lo mejor fue el karma para Estudiantes: jugaban con uno menos porque González Pirez se lesionó y no hicieron el cambio a tiempo. ¡Les fue como pedirle una pizza con queso extra y recibir la caja vacía!
El gol de Nacho tuvo un sabor especial, ya que le llovían silbidos cada vez que tocaba la pelota por parte de los fanáticos de Estudiantes, quienes no pueden olvidar su amor eterno por Gimnasia, su clásico rival. Pero Nacho les devolvió los “cariños” en forma de gol. Tras la revisión del VAR y muchos roces con el árbitro Nicolás Ramírez, informaron por altavoz que el gol era válido. Y mientras Estudiantes seguía con un jugador menos, Domínguez seguía sin apurar el cambio y parecía más lento que un caracol en una montaña. ¡Qué juegazo! Rivera salió con una sonrisa de oreja a oreja y Nacho festejó como si hubiera encontrado el control del televisor perdido entre los cojines del sofá.