Una relación de amor no correspondido…

La tensión entre Marcelo Gallardo y Abel Ferreira podría ser el guion de una telenovela, pero con un toque futbolero. El abrazo de Ferreira, que parecía más un pulpo en busca de una presa, dejó al Muñeco más incómodo que un pingüino en el Sahara. Este miércoles, nuestros intrépidos entrenadores se verán las caras otra vez en los cuartos de final de la Libertadores, en un capítulo que seguro dará que hablar. Ferreira debe evitar que su admiración por Gallardo lo lleve a intentar usar su libro como almohada en las noches.

Ferreira parece tener un póster de Gallardo en su habitación, al nivel de un fan adolescente, mientras que Gallardo, más frío que un helado en el polo, sigue sin ceder ante los halagos del portugués. Ferreira incluso aseguró haber utilizado movimientos del libro de Gallardo para vencer a Corinthians, demostrando que su obsesión es real. Este cruce en la Libertadores es crucial para ambos equipos. Gallardo debe definir si mantiene su esquema con tres centrales, mientras Abel, armado hasta los dientes, decide si Andreas Pereira debutará desde el inicio. Se viene un partido que dejaría a un pingüino nervioso en comparación.