Un estreno con sonrisas y cláusulas millonarias…

Kevin Castaño llegó a River con la expresión de quien acaba de encontrar la última bolita dorada en el chocolate. Agarró la camiseta número 22 y exclamó emocionado, “¡Está hermosa! ¿La puedo mostrar?”. Sus primeras palabras en el Monumental hicieron eco con la alegría de un verdadero fanático que vive su sueño en el club de sus amores. Mientras papá Richard esperaba para compartir el momento, el corazón de Kevin hacía pogo de emociones.

Castaño empezó su día con un tour médico más extenso que una novela de la tarde, mientras sus fanáticos ya coreaban su nombre en el Centro Rossi. Con un precio de 13.8 millones de dólares en su etiqueta, se convirtió en la segunda compra más cara de la historia del club. Kevin está más blindado que una caja fuerte, con una cláusula de rescisión que sube más rápido que el dólar blue: 30 millones iniciales y 35 en el cierre del mercado.

En su debut en el césped híbrido del Monumental, con su camiseta ideal y las manos de su padre en el hombro como escudos de buena suerte, se presentó al plantel con una soltura que hizo reír a Gallardo. Entre ejercicios con Pity Martínez y pláticas con Enzo Pérez y Franco Armani, Kevin comenzó su nueva aventura con una sonrisa de oreja a oreja, listo para hacer historia en su club soñado.