Un look que ni su rodilla se esperaba…
En el universo Riverplateño, donde las hinchadas son más leales que un perro labrador que baila cumbia, apareció un héroe capilar con nombre de jugador estrella: Agustín Ruberto. El delantero, debatiéndose entre avanzar con sus muletas o bailar reggaetón, decidió encender el motor de la polémica y se plantó frente al espejo con las cejas en alto y un cabezal de peluquero en cada mano. ¡Bum! Resulta que ahora lleva “highlights” dignos de un Transformer y un bigote tan fino que podría cortar manteca en el medio de un superclásico.
El revuelo fue tal que algunos hinchas aseguran haber visto a Angel Labruna guiñándole un ojo desde las nubes de Núñez. Con ecos de la tecnología moderna, su nuevo look fue más viral que un meme de perritos en TokTok. Su renovada imagen trajo una lluvia de likes y memes más coloridos que un arcoíris comiendo gelatina. Ruberto, quien tiene más carisma que una pizza de muzzarella extra queso, sigue siendo el tema candente tanto dentro como fuera del campo, haciéndonos preguntarnos si lo próximo será un tatuaje de flamenco en un tobillo.
Mientras se rehabilita con la esperanza de volver al césped más rápido que Flash con botines, Ruberto no baja la guardia. Marcelo Gallardo, el director técnico con más paciencia que un urólogo en un día hábil, le ha dejado en claro que lo espera con los brazos abiertos. Entre tantas sesiones de rehabilitación y charlas de ánimo, no sería raro que Ruberto vuelva a correr tan rápido que se le despeine hasta el ceño. Así que preparemos marcapasos, gafas oscuras y banderas al viento, porque Ruberto es un cóctel explosivo de talento pelotero y espíritu capilar inquebrantable.