River en el show del despiste rotativo…

River se lanza al ruedo en Junín, donde el destino del fútbol parece una montaña rusa de emociones… ¡sin cinturón de seguridad! Con la valentía de un cazafantasmas, el Muñeco Gallardo enfrenta el dilema del siglo: ¿rotar o no rotar a sus jugadores? Al parecer, Gallardo tiene más variantes que un auto tuning, y su obsesión con el fitness de sus futbolistas lo podría llevar a diseñar su propia marca de zapatillas deportivas. ¡Claro que sí, Muñeco!

Este galáctico equipo de River no solo persigue pelotas, sino que también juega al ajedrez con el calendario. Es que en una esquina está Sarmiento y en la otra el Barcelona ecuatoriano, como en un baile de salón donde nadie sabe quién dirige la orquesta. Gallardo parece un domador de circo, batallando entre rotaciones como si fueran leones y tratando de mantener a todos en la cuerda floja del torneo, pero sin caer en el abismo de los playoffs.

Ahora bien, ¿se imaginan a los jugadores de River entrando en la cancha con chalecos antibalas solo para estar listos para la batalla en Quito? El panorama se complica más que un partido entre pingüinos y canguros en Altas Cumbres. Y mientras tanto, el pobre Sarmiento cara a cara con un equipo que parece una flota de bicicletas con turbo, ¡listo para atropellar los obstáculos de calendario como un camión sin frenos!