El Muñeco sonríe como si reviviera un penal a favor…
En el invernadero del Monumental, donde cada hoja de pasto tiene su propio nombre de pila, Gallardo recibió el domingo no una, sino dos noticias que le dibujaron una sonrisa de oreja a oreja, como quien encuentra una pizza dentro de la heladera a medianoche. Es que el Muñeco, que viene de empatar en Junín como un perro que ladra pero no muerde, ahora puede contar nuevamente con un par de jugadores que parecían haber sido abducidos por extraterrestres con malas intenciones.
Resulta que con la llegada de Gonzalo Montiel, que se recuperó de su desgarro en el sóleo tras un partido más raro que perro verde, y Matías Kranevitter, cuyo cuádriceps dejó de llorar como hincha en partido de penales, el equipo riverplatense tiene motivos para celebrar. Cachete Montiel está listo para entrar como titular desde el inicio, mientras que Kranevitter podrá calentar el banco con más elegancia que un mate bien cebado.
Sin embargo, no todo es color de rosa, porque el equipo aún tiene más lesionados que un capítulo de telenovela mexicana. Galoppo y el Pity Martínez siguen en el dique seco, rehabilitándose de sus respectivas dolencias. Pero no hay problemas, porque dicen las malas lenguas que hasta San Martín de Tours le está cuidando al equipo en cada resbalón. Parece que este partido contra Barcelona promete más acción que un episodio final de serie de videojuegos.