Taquito mortal que dejó a todos a contrapié…

Imaginá jugar al FIFA y hacer la jugada más insólita que se les pueda ocurrir a los programadores: Mastantuono lo hizo en el verde césped del Monumental. Al pobre Riveros le encajaron un taquito tan mágico que sus zapatos sintieron el viento como si fuera un ventilador en pleno verano. ¡Zas! Durante el primer tiempo, el héroe milennial del fútbol, con la habilidad de un felino ninja, se encontró frente a frente con Guido Herrera tras pasarle la pelota entre las piernas al pobre rival, que todavía la busca en casa.

Claro, la pelota, con personalidad propia, decidió irse a tomar un cafecito fuera del arco después de su travesura. El tiro pegó un desvío parecido al de un boomerang que se olvida de volver. Si ese balón entraba, la comunidad futbolística habría tenido que convocar un mitin de emergencia para discutir si le daban el Puskas o una estatua al muchacho. Mientras el estadio aplaudía como en una final del Mundial, Enzo Pérez, micro en mano como si fuera para un karaoke, le dijo a FM30 que estaba solito, listo para conectar el pase de la gloria.

En fin, no habrá gol, pero sí se llevó el reconocimiento de todos y por un instante, incluso el césped le hizo reverencias. Cuando el fútbol es arte, hay que aplaudir de pie aunque el final no sea de cuento de hadas. Ah, el fútbol, ese noble deporte donde incluso un taco puede ser el protagonista de un martes cualquiera.