River y su ‘selección’ de golpeados…

En el hospital de River, conocido ahora como la Sala de Descanso Expreso al Monumental, el doctor Gallardo parece estar viendo desfilar más jugadores que partidos de fútbol. Con una lista de lesionados que podría hacerle competencia a un buffet libre de excusas futbolísticas, Paulo Díaz acaba de agregar su nombre en neón a este cartel de ‘rotos y descosidos’ con un novel isquiotibial derecho descompuesto. Para Gallardo, organizar un once titular se ha vuelto más complicado que armar un rompecabezas en la oscuridad.

Pero no se equivoquen, este no es un error del cuerpo técnico, ¡faltaba más! Gallardo tiene el plan de cargas más organizado que una pizzería un sábado por la noche. Sin embargo, a pesar de todo, sus cracks caen como moscas en un sprayful de elongaciones y contracturas, haciendo que el DT se sienta como un titiritero con todos sus hilos enredados. Mientras tanto, su plantilla se prepara para afrontar el desafío de jugar en Quito, donde la altura no es lo único que les hará perder el aliento.

Por un lado, tenemos a Matías Rojas jugando al escondite con la enfermería; por el otro, Galoppo lleva tanto convaleciendo que ya debe estar preparando su propia saga de películas tipo “Destino Final”. Y si seguimos recorriendo el Museo de la Desgracia, encontramos al Gordo Driussi, al Colidio que ya practica saltos acrobáticos, y al Barco Kranevitter cortando más pasto que la escuadra municipal. Mientras tanto, los fichajes siguen sin ver la luz, lo cual, con la ventaja de la incertidumbre, quizás sea mejor para sus integridades físicas.