El mítico ex de River opina sobre el club… y su hijo…
Maxi López, ese héroe de nuestras pizzas de cancha y cornetas, ha decidido ir más allá: compró el 40% de un club que juega en la cuarta luna de Júpiter… ¡perdón! En Suiza, se me cruzó el cable. Con un pie en Europa y el otro en Nuevazelandia, el ex tanque millonario dejó caer su sabiduría sobre el presente de River y Boca, en una charla digna de un capítulo de los Cazafantasmas: “Gallardo y Gago no encuentran la salida del laberinto”, dijo mientras miraba las estrellas y tomaba mate con el termo de Hulk.
López, vestido para la ocasión con capa y varita mágica, explicó que la camiseta de River es un encantamiento poderoso. “Les cuesta demasiado, casi como correr en chancletas en barro”, afirmó. Habló de los cracks infantiles, que parecen más atrapados en la pantalla del Ipad que en el potrero, y de las joyitas perdidas, como si buscaran el tesoro hundido de Titanic en el río Támesis. Estos pequeños magos, como Franco Mastantuono, están para derretir corazones… pero falta ese brillo que podría cegar a un arquero rival.
Mientras sigue la aventura de su hijo Valentino en las inferiores, Maxi sueña con que algún día su retoño eche raíces en el Monumental. “Está más aplicado que yo, y mira que eso es decir mucho”, bromea mientras marca por teléfono a papá Noel para pedirle un lugar en Primera. “El pibe tiene más ganas de jugar que yo de ganar en la PlayStation”, revela López con una risa que dignificaría hasta al mismísimo Gallardo en su época dorada.