Miguel Borja enfrenta a Boca con sonrisas…

En un partido donde las emociones jugaban a la mancha, Miguel Borja fue el protagonista de un drama digno de telenovela: pasó del llanto en un charco de lágrimas a tener una sonrisa más grande que el Monumental. Tras una desafortunada coreografía en el área, nuestro héroe dejó el campo con cara de haber olido una empanada quemada, consolado por la brigada sentimental de Kevin Castaño y Rodrigo Aliendro, mientras Marcelo Gallardo, con un abrazo digno de oso polar, lo cobijaba cual oso panda en modo zen.

Pero no todo era tragedia en el mundo Borja; como en los cuentos de hadas, el golpazo en el aductor se convirtió en una faena optimista: el cuerpo médico de River, en un giro más inesperado que gol de taco, concluyó que no necesita radiografías. Las alarmas se apagaron, y el goleador ya afina sus porotos para enfrentar a Boca, evadiendo su cita con Quito, una ciudad que desafía con alturas de montaña rusa.

Ahora, Miguel “El Colibrí” Borja ha iniciado sus entrenamientos con un equipo de kinesiología tan sagaz que haría sonrojar a Edison. Restan pocos agónicos días para el duelo ante los xeneizes, donde espera desplegar sus alas al viento y repetir aquella gloriosa epopeya contra Romero. Si las lágrimas ayudaron a ventilar emociones, ahora Borja confía en convertirlas en un motor para el esperado superclásico. ¡Pongan a enfriar las cervezas, se viene un domingo a puro gol y risas en el Monumental!