¿Ventaja o excursión escolar?…

En un rincón del universo futbolero, River y Boca se encuentran como dos superhéroes preparando su próxima batalla en el Monumental. Lo curioso es que esta vez River parece estar de campamento en Ecuador jugando a la Copa Libertadores y Boca, mientras tanto, se rasca la panza en el sillón viendo Netflix. ¡Ay, mamita! ¿Acaso es justo jugar sin la panza llena de alfajores al clásico más importante del fútbol argentino?

La última vez que se jugó un partido similar, River llegó a la Bombonera más agotado que un abuelo después de una maratón, y aun así venció al Club de la Ribera. El héroe de esa tarde fue Lanzini, que se lanzó como un cohete espacial llevando la pelota desde la mitad de la cancha hasta romper la red. Eso sí, a Boca le anularon un gol y sus quejas se escucharon hasta en Marte.

Ahora será el turno de ver si este domingo volveremos a vivir una película de Pixar con River enfrentando sus propios remakes. ¿Podrá el VAR evitar otro gol anulado a Boca? ¿O será que los xeneizes piensan mandar al árbitro un manual de cómo no arruinar una tarde de clásicos? Solo el tiempo –y el VAR– lo dirán.