Un empate y un obsequio digno de telenovela…
¡River, señoras y señores, River! Como si se tratara de un guion perdido de El Chavo del 8, el equipo de Gallardo realizó un giro de novela mexicana al empatar 2-2 en la temida altura de Quito. Parecía que la cosa estaba más difícil que meterle un gol al arquero invisible, ya que empezaron abajo dos goles como quien pierde las llaves de casa justo antes de entrar.
Pero entonces apareció Franco Mastantuono, que con una capa y un antifaz invisibles, no solo metió el gol del empate sino que se convirtió en el héroe de la tribuna. Al finalizar el partido, en un gesto que haría que hasta el Chapulín Colorado quedara sin palabras, nuestro franco amigo decidió compartir su botín de la suerte nada menos que con un hincha ecuatoriano. Sí, señores, regaló esa camiseta que seguramente huele a más goles que una tarde con amigos en el potrero.
Así, con un empate de película y un obsequio que dejó a todos boquiabiertos, River vuelve con energía para enfrentarse a Boca. Los hinchas ya corean: “Que no panda el cúnico”, porque ahora vienen más preparados que el doctor Chapatín para el superclásico. Y hay promesas de más locuras en el verde césped. ¡Agárrense fuerte y no se lo pierdan!