Un regalo que hizo historia en la altura…

Resulta que en tierras ecuatorianas, Franco Mastantuono, la joya más reluciente de River, se convirtió en un Papá Noel inesperado. En un partido donde el equipo era un sandwiche de palta y respiraba como sapo en el desierto, el muchacho agarró la pelota con más confianza que Messi en cumpleaños. Mientras el aire le jugaba bromas crueles a los pulmones, se cargó el equipo al hombro cual gladiador moderno. Y eso no fue todo. Después del empate 2-2 frente a Independiente del Valle, le regaló su camiseta a un hincha como si fuera una entrada al paraíso futbolero, provocando que el fanático casi se transporte holográficamente a la gloria de Núñez.

Y como si entregar su armadura no fuera suficiente, Mastantuono agarró el celular del feliz ecuatoriano y se sacó una selfie, inmortalizando la noche. El abrazo con el fanático fue tan sentido que, dicen, se escuchó en las alturas como un grito desesperado de gol. De esta manera, el torbellino de emociones más loco jamás vivido en una cancha ecuatoriana se tornó en un viral de redes sociales.

Desde Europa, los magnates del fútbol miran los gestos de Mastantuono como si fueran la última colección de moda. Los Diablos Rojos del Manchester United afilan los cheques y se preguntan si el jovencito de 17 años se intercambia por 45 toneladas de oro. Claro, un jugador que se saca selfies y juega como diablo es justo lo que necesitan en Old Trafford. ¡A ver si así ganan una Premier!