El Gordo rescata un empate haciendo magia en Quito…
Parece que Driussi encontró su GPS del gol bajo el travesaño de una cancha de fútbol. Ahora, cuando su pierna la empuja, el gol se acomoda mejor que un gato en almohadón nuevo. Con la mira apuntada desde La Plata hasta Quito, Driussi, como si fuera el protagonista de una telenovela de goles dramáticos, le dio a River un empate de esos que valen oro, platino y un par de empanadas.
El partido en Quito fue más complicado que armar el cubo Rubik solo con una mano. Pero el Gordo Driussi, cual torero en su tarde de triunfo, tomó el rebote de Nacho Fernández e hizo que el balón cruzara la línea de gol como si fuese un turista tratando de pasar por la aduana. ¡Punto para River y salvado el honor en tierras ecuatorianas, con un arbitraje tan lento que ni el VAR podía seguirle el ritmo!
Y para coronar la locura, el festejo de Driussi fue una oda al despiste intencional. Con sus manos arriba y gesto de “aquí no pasa nada”, el delantero mandó un mensaje a sus hijos que derritió el Monumental. Porque si es para la familia, hasta el Gordo se convierte en un hermoso experto del destape golístico, justo antes del superclásico. ¡Mirá cómo va el fútbol, que hasta los pibes ahora celebran tan bien como papá!