Los goleadores pasan por el taller mecánico…

¡Oh, la tragicomedia del deporte! Ahora resulta que el delantero estrella, Tomás Nasif, ha cambiado las gambetas por un paseíto al quirófano. En un giro digno de una telenovela futbolera, tras causar sensación en la Reserva de River y emigrar al verde césped de Banfield, Tomás tropezó con su propia sombra –o alguien le dejó una cáscara de banana en la cancha– y quedó fuera de circulación por un esguince no interesado en evolucionar.

Como si de un modelo de coche de colección se tratara, Banfield ha decidido someter a dos de sus atacantes al taller mecánico. Tomás y su compinche de lesiones, Bruno Sepúlveda, están programados para una overhaul en la primera semana de mayo. Tanto tiempo en el banco ha hecho que incluso los asientos tengan más acción y su reparación llevará entre 4 y 5 meses, lo que es prácticamente una eternidad para cualquier hincha.

Con Nasif más tiempo en la camilla que en el campo de juego, el mítico Taladro necesita urgentemente delanteros nuevos. Mientras tanto, Tomás, un titán de 1.85 metros que se forjó entre goles y trompicones en Villa del Totoral, espera retornar más fuerte que nunca, prometiendo volver a levantar a la hinchada de sus asientos. Su espectáculo apenas comienza y cuando regrese, el sur temblará de nuevo.