River retoma prácticas post superclásico…
En un episodio digno de las mejores telenovelas turcas, Marcelo Gallardo ha añadido otro capítulo a su cuaderno de anécdotas llamado “Cómo hacer que Fernando Gago termine en el sofá”. River Plate volvió al trabajo esta semana después de derrotar a Boca y el equipo entero parecía haberse tomado un café doble: más despiertos que un búho en mercadotecnia.
Dicen que Gago fue apodado Fernando VII, pero lo único que se asemeja a un rey de él es su pasión por los peinados pomposos. Sin embargo, al estilo Napoleón, Gallardo lo fulminó como quien derrumba un castillo de naipes sobredimensionado. Mientras tanto, los fanáticos debatían si Gallardo era un estratega futbolístico o un encantador de serpientes ruso; ambos podrían ser ciertos.
Ahora, River tiene puesta la mente en el próximo partido contra Vélez. Los jugadores, firmes como estatuas de cera un domingo de museos gratis, se preparan para mostrar que la última victoria no fue un gol de chiripa, sino parte de una orquesta sinfónica destinada a romper tímpanos bosteros y corazones adversarios.