Gallardo y su equipo en el circo de los octavos…
¡Señoras y señores! River Plate no solo pelea la clasificación, sino que también busca el premio del rey del mambo futbolero. Con la felicidad desbordante tras aplastar a Boca en el superclásico, el conjunto de Gallardo ahora afila los botines para enfrentar a Vélez. El Monumental será aquel coliseo donde se decidirá si este gigante del fútbol tiene ganas de ser el Midas de la pelota. De paso, habrá lágrimas de cocodrilo y pulgares tremendamente agitados buscando una calculadora para entender los cruces de los octavos de final.
Tiemblan los equipos de la Zona A al escuchar el rugido del Millo: podría enfrentar al siempre exótico Independiente Rivadavia o al legendario Racing. No está claro si Racing tiene menos puntos que rugidos de león o más goles que un capítulo de “Los Supercampeones”, pero la locura es que el River de Gallardo puede terminar jugando con Boca si la Luna y los astros se alinean, por supuesto, siempre y cuando el porfiado Xeneize siga vigilando la cima de su zona cual Águila Calva vigilando su presa.
Para darle más picante al asunto, el cuarto puesto podría convertirse en una cita romántica para Racing y River, avivando la llama de un superclásico en cuartos de final. ¡El fútbol tiene melodrama, señores! La épica espera a River, y mientras tanto, Gallardo afina su orquesta de gladiadores para convertir ese camino a la final en una telenovela que, como los penales, es interminable y siempre termina con un suspiro de alivio o una lágrima de cocodrilo.