El uno por uno más bizarro del Monumental…
¡RÍO DE PLATA EN EBRIAGUEZ! El Gran Ignacio Fernández se convirtió en el mago Merlín del partido, lanzando zurdazos que dejaron al arquero clamando al cielo como si pidiera una pizza flotante. En el tercer gol, se destapó con un gol tan perfecto que me deja pensando: ¿quizás Messi lo llamará para un picadito en la Luna? Fue como verle meter una pelota perfecta al buzón de cartas de Hogwarts.
Pero eso no es todo, porque Nacho tuvo un nivel tan afilado que sus pases parecían llevar telepatía incorporada. En ese pase atrás a Mastantuono, me imaginé a la pelota diciendo: “¡Soy libre, pero sé a dónde voy!”. Y cuando descargó a Colidio para el 2-0, era como ver un partido de póker donde siempre tiene el póker de ases.
A cada paso que daba, el césped del Monumental susurraba envidia, y Vélez parecía una banda de chicos en una fábrica de chocolates… ¡desorientados! El retroceso de Nacho fue tan valioso que uno se pregunta si tiene un mapa del tesoro debajo de la camiseta. Realmente, lo de Fernández fue un poema inédito escrito con pelotas y gambetas. ¡El Fortín nunca supo qué los golpeó!