El DT de River y su alegre reencuentro…

En Guayaquil, donde el calor aprieta más que una hinchada apasionada, Marcelo Gallardo no solo festejó el golazo de River. ¡El Muñeco metió un golazo personal! Su familia, cual equipo técnico de lujo, desembarcó en el Estadio Monumental Banco Pichincha para darle todo su cariño y suerte de campeón. Eso sí, la familia Gallardo parecía un reality show en vivo: por un lado, Nahuel, exjugador devenido en explorador de nuevas tierras futbolísticas, papoteaba con Gonzalo Montiel sobre los secretos mejor guardados del vestuario, mientras Benjamín, vestido con la camiseta del Millo, iba de copiloto con su papá rumbo al micro, mostrando enérgicamente su pasión de camiseta.

En el backstage de esta telenovela futbolera, Geraldine, cual hincha emocionada de River de pura cepa, también vivió el partido con la intensidad de una final del mundo. Gallardo, rodeado de su séquito familiar, no paraba de recibir abrazos y besos más electrizantes que un par de goles en tiempo extra. Dicen las malas lenguas que el partido se definió entre la técnica de Gallardo y el aura mística de su familia.

Y como si fuera poco, Nahuel Gallardo disfrutó del reencuentro más épico que una película de Hollywood: los viejos camaradas de River, cada uno con su apodo más pegajoso que los temas del verano, lo recibieron con aplausos y anécdotas dignas de un asado eterno. Así que entre charlas, tácticas y chistes de tribuna, la familia Gallardo mostró que sobre la cancha y la tribuna, ¡siempre serán invencibles!