El Charrúa y su amor por las sorpresas…

En el planeta del fútbol, donde los gigantes caminan con pasos de elefante, apareció el travieso Central Córdoba de Rosario, vestido de Charrúa invencible, para surcar las aguas de la Copa Argentina. Y vaya que lo hizo a lo grande, eliminando a Gimnasia de La Plata. ¡Zapatos fuera, señores, que vamos al octogonal! Y todo con un desenlace dignísimo de un culebrón, decidiendo su destino con un tiroteo de penales: un 5-4 que hizo bailar hasta al banderín del córner.

El equipo de la C armó un escándalo que ni la AFA podrá olvidar pronto, como un mosquito en la oreja de los clubes de Primera. Después de despachar al Sarmiento de Junín, ahora picó en la frente a Gimnasia. Dicen que los rosarinos están aguardando al estilo telenovela mexicana, cuchillo entre los dientes, por el ganador de Platense contra Independiente Rivadavia, mientras agitan bandera y bombos en eterna espera.

El sendero hacia la final se siente como una película de acción: nombres de equipos surgen como una lista interminable de superhéroes dispuestos a dar la batalla final. River, Racing, Boca, ¡y el Charrúa también! En esta comedia del esférico, solo uno llegará a la tan ansiada medalla, y Central Córdoba ya demostró que con pasión y un poquito de locura futbolera, ¡todo es posible!