Con más goles que una parrillada de verano…
En el campo de batalla del Superclásico de Reserva, donde los jóvenes sueñan con ser tan famosos como el Fernet, un héroe emergió con el número 9 en la espalda. Bautista Dadín interpretó el pase de Santiago Lencina como un melómano escucha Sinfonía de Beethoven, y con un toque magistral, envió el balón a la red mientras el arquero de Boca, sorprendido, gritaba ‘¡Eso fue brujería!’ como si acabara de presenciar un acto de Houdini.
Nuestro querido Dadín, como un chef después de cocinar el mejor asado del año, celebró su gol emulando al gran Driussi, extendiendo sus brazos con la elegancia de un cóndor surcando los Andes mientras hacía el gesto “no sé”. Este prodigio, que acumula más goles que una parrillada de Castilla, ya ha anotado siete tantos en el Torneo de Proyección, asegurarando tener un futuro brillante como las luces de la Bombonera en noche de partido.
Con una historia que comenzó en el club Los Patos, moviéndose tan rápido como una liebre en un campo, Dadín marcha hacia la cima con el mismo brío. Rodeado por su fiel escuadrón familiar, sueña con jugar al lado de Gallardo y convertirse en un superfutbolista. Aunque por ahora, se duerme con una sonrisa tan ancha como la de un niño en Navidad tras haberle marcado otro gol a Boca. ¡Que viva el fútbol y, claro, las locuras de Bautista!