De tragedias y amistades futboleras eternas…
Hace 75 años, Torino tuvo un accidente aéreo que dejó al club más golpeado que una pelota después de mil disparos a puerta. En medio de la tristeza, apareció River Plate como quien encuentra un choripán en mitad de la cancha: inesperado pero necesario. Al enterarse de la tragedia de Superga, los de la banda roja no dudaron en tomar el primer vuelo -e hicieron tantas escalas que parecían estar yendo a la… ¡Luna! Llegaron a Turín el 26 de mayo de 1949, dispuestos a patearles el bolsillo a la tristeza.
El partido amistoso fue un evento más emocionante que una tanda de penales en la final del Mundial. Torino “Símbolo”, un equipo armado como un collage de álbum de figuritas, recibió a River con la esperanza más firme que un defensor en la barrera del área. El encuentro fue un homenaje que perforó más corazones que paredes, reafirmando la eterna amistad entre ambos cuadros y demostrando que el fútbol es, ante todo, puro corazón.
La hermandad futbolera entre el Torino y River duró más que una novela de 15 temporadas. Cada año, rememoran ese acto épico con más pasión que un hincha pintándose la panza. Y así, esa “Eterna Amistad” sigue viva, como un gol en el último minuto, traspasando generaciones y demostrando que el fútbol es capaz de generar la amistad más invencible, incluso frente a tragedias que dejan al mundo más petrificado que una pelota en el punto de penal.