El mercado de pases es una montaña rusa de emociones…

¡Prepárense para la locura futbolera más grande desde que al Diego le negaron el ingreso como técnico de la selección de ping pong! Di María ha decidido dejar la vida lujosa de Europa por el aire fresco de Rosario. Dicen que al enterarse, el Monumento a la Bandera desplegó luces celestiales como un ovni detectando a un hincha de Central extraviado. El regreso del campeón mundial está confirmado: ¡se viene la última temporada de este culebrón a la rosarina!

Pero esperen, hay más drama que en una película de Tarantino: brillos, casacas estridentes y un desfile de nombres que haría sonrojar a Hollywood. Interesan, se van, vuelven y definen continuidad. Parece el título del nuevo disco de reguetón. Boca sigue pescando en aguas profundas, a ver si se trae un Paredes o termina con una sardina de tercer nivel. River, ni lerdo ni perezoso, anda con ganas de devolver algunos libros prestados a tiempo.

Durante este festival de pases, todos los clubes buscan la fórmula secreta del choripán perfecto: tres de carne, dos de cebolla y Di María de Rosario Central. En agosto, cuando el mercado cierre, probablemente nos enteremos de que hasta los alcanzapelotas han sido transferidos en un intercambio fascinante que, como en las novelas amorosas, podría dejarnos con la boca abierta o con ganas de un mate bien cargado. ¡Que ruede la pelota y que comience el espectáculo!