La vuelta del joven fenómeno de River…
Mientras el plantel de River ajusta hasta la última chinela antes de enfrentarse a los Urawa Red Diamonds en el Mundial de Clubes, Marcelo Gallardo anda más atareado que un director de orquesta con más batutas que músicos. Se rumoraba que hasta le añadieron un bolsillo secreto a su capucha para guardar su plan mágico. En este carrusel de luces y acción, Gallardo espera recuperar a su joya, Ian Subiabre, justo a tiempo para el gran evento. ¡Menos mal que el joven del Sub 20 de Diego Placente regresará justo a tiempo para empacar sus botines y hacer las valijas en las últimas 48 horas antes del despegue! Algo así como darle las llaves del auto a alguien que solo ha manejado triciclos antes.
Subiabre, el Messi de las promesas aún no cumplidas, ha estado encendiendo defensas rivales como si fueran arbolitos de Navidad en pleno verano. Con 12 partidos, un gol, y patadas ninja que dejarían a Bruce Lee ortopédico, este joven no para de sorprender. Sus habilidades lo llevan directo al Mundial Sub 20 en Chile, donde seguramente intentará romper récords y tal vez vender una que otra empanada a los espectadores. Su regreso al universo riverplatense es la versión futbolera del regreso de los Jedi.
Pero Subiabre no está solo en esta telenovela deportiva. Junto a él, dos leyendas en formación, Mastantuono y Castaño, están de préstamo con sus selecciones para intentar ganar una postal de las Eliminatorias. Gallardo, conocido por ser un cerebro del fútbol, los espera como un nene espera un caramelo gigante con sorpresa. Cuando terminen de patear en el duelo entre Argentina y Colombia, serán rápidamente absorbidos por el irresistible imán del buque riverplatense con destino al Mundial de Clubes. Y será mejor que aprieten fuerte el cinturón, porque el viaje apenas comienza y el destino es la gloria.