Mastantuono se convierte en astronauta merengue…
¡Boleta! Mastantuono agarra sus valijas intergalácticas y se va derechito al Real Madrid. Sí, sí, como lo lees, va a compartir la pista de despegue con Vinicius, Mbappé y con el mismísimo Xabi al volante de la nave. River Plate se queda como el mago de las cláusulas que salió a la cancha sin la varita. La joya riverplatense emprende el vuelo tras el Mundial de Clubes y viaja a tierras galácticas para resucitar los trofeos perdidos del semeestre. Y es que cuando el galáctico Pérez tira 45.000.000 nomás para empezar a charlar, te tiemblan las rodillas…
Pero esperá, no fue un paseo en el parque para los del Bernabéu. ¡Qué batalla, señores! Paris había mandado un convoy de croissants, pero al final, el chaval se decidió por las tapas madrileñas. El poderoso Madrid dijo “mío, mío” y Florentino activó su encanto de mandamás, volviéndose un torbellino de euros que descosió filas. Imagina esto, mientras PSG quemaba sus fuegos artificiales con Luis Enrique soplando el viento, Florentino sacudía el pescuezo y susurraba “¡Vení pa’cá, pibe!”
Francisco, que apenas logró soplar 18 velitas, sabe que no se puede dejar cuentas pendientes con el destino. Mientras River cuenta los billetes y mece cada centavo como un mago en el banco, los blancos felicitan al chileno joven que decidió que el Madrid es el parque de diversiones que tanto había soñado. Así queda la historia, River sale agitando pañuelos de despedida y Mastantuono ocupa su asiento en el tren de oro de España, que más que un tren, parece un cohete. ¡Adiós River, hola paella!