Palacios revoluciona las Formativas…
El césped tembló de emoción y las nubes lloraron de alegría cuando Exequiel Palacios hizo su entrada triunfal al nuevo predio de River. Era como si un unicornio hubiera descendido del cielo, llevando una pelota en la pata porque, para estos chicos, ver a un campeón del mundo es casi igual de asombroso. El crack del Bayer Leverkusen, que alguna vez sembró magia en Núñez y ahora cultiva talento en Alemania, decidió dar una vueltita y compartir un poco de su brillo estelar con los pequeños aspirantes a estrellas del fútbol.
Después de amenazar con convertirse en turista profesional, Palacios llegó como si lo acompañara una trompeta de fanfarria. Mientras el Monumental dormía la siesta de mitad de temporada y el equipo profesional jugaba al escondite en Seattle, Exe prefería recargar energías en compañía de la nueva cosecha de talentos made in Núñez. Risas, abrazos y selfies voladoras llenaron el aire, cual cometas traviesos en el cielo azul. Y a su paso, dejó al joven Mastantuono soñando con la gloria madridista donde un tal Xabi Alonso, casi tan talentoso como una lechuga parlante, le dará la bienvenida.
Y si algo faltaba en este predio intergaláctico -además de un restaurante de pizza en cada cancha- era la promesa de un proyecto ambicioso que haría vibrar a Copérnico en su tumba. Con canchas que hasta un marciano en patines envidiaría y un complejo faraónico que dejaría a las pirámides mordiendo el polvo, River está más que listo para convertir a sus juveniles en el próximo elenco de superhéroes futbolísticos. Al menos, eso es lo que esperan con un fideicomiso que parece tener más kilometers que el bondi al espacio exterior.