Ichika Egashira y su amor desmedido por River Plate…

¡Atención, damas y caballeros del fútbol mundial! Si pensabas que habías visto todo en la historia del balompié, prepara las pelucas para que no se te resbalen de la emoción convivencial. Ichika Egashira, la exgoleadora de River Plate, nos trae hoy una novela de tintes orientales y pasiones sudamericanas tan intensa que hasta las telenovelas turcas quedarían cortas. Desde su nuevo templo en San Lorenzo, esta joven ninja del fútbol asegura que su paso por River fue como haberse topado con un dragón violeta mientras pedaleaba en su bicicleta día de lluvia: surrealista y maravilloso.

Imaginemos por un segundo que Egashira, con un mate en una mano y un sushi en la otra, se monta nuevamente al Monumental, ansiosa por ver a River en el Mundial de Clubes. La delantera nipona confiesa que los entrenamientos argentinos fueron tan exigentes como intentar empujar el Obelisco río arriba, con empujones y más mates que en un concurso de yerba mate uruguaya. Y es que el fútbol argentino es una selva: la callada concentración japonesa se debe mezclar con el ritmo frenético del candombe argentino antes de entrar a la cancha. ¡Ay del jugador que se le tiren siete argentinas encima queriendo quitarle la pelota!

Entretanto, sus parientes en Japón están más entusiasmados que un pulpo en un mar de escobas esperando la batalla épica River-Urawa. Ichika confiesa que a pesar de haber crecido idolatrando a Messi y admirando a Nacho Fernández, no puede evitar hacer apuestas absurdas sobre River frente a cualquier sushi bar que cae en su camino. Porque si hay algo que pone al mundo de cabezas es esta guerra de estilos y culturas que solo en el imaginario futbolero argentino-japonés puede darse. ¿Será que los hinchas japoneses aprenden los cánticos argentinos? ¡Ojalá que sí! Porque quién no querría ver una hinchada japonesa gritando “Dale, River, dale” al mejor estilo de carnaval!