Matsuo, el Samurai del Dribleo Picante…
Con más revoluciones que el ventilador del infierno y botas que parecían tener más pimienta que un asado argentino, Yusuke Matsuo representó el máximo desorden en la defensa del River en el Mundial de Clubes. Como un verdadero samurái del dribleo picante, Matsuo se convirtió en ese mosquito veraniego que no deja dormir, al encarar con una velocidad que haría llorar a un Fórmula 1. ¡Fue un auténtico lío con piernas y pelo!
El partido fue como una película de acción, pero con más chispazos que una película de Hollywood: Nishikawa, en lugar de frotar la lámpara a un genio en el arco, terminó dejándose encajar unos goles dignos de una comedia de enredos. Por su parte, Danilo parecía estar corriendo en cámara lenta, dejando a Colidio más libre que una pelota buscando el fondo de la red. Ishihara le dejó a Acuña más tiempo para lanzar el centro que el que tiene una mamá esperando a su hijo a que termine de jugar en el parque.
¡Y atención con Høibråten! Protagonizó uno de esos pases que dan para madurar, posibilidad que Driussi aprovechó con más entusiasmo que un cuentapropista en feria navideña. Mientras tanto, el entrenador Skorża intentaba orquestar una sinfonía de goles llevando a Sávio al banco, como quien decide apagar el aire acondicionado en pleno verano. En resumen, ¡un partido con más guiños cómicos que una tira de humor gráfico en el diario del domingo!