River se juega una batalla en el Rose Bowl…

River Plate va camino a jugar en Los Ángeles no un partido, sino un capítulo épico digno de Oz: la “Final del Mundo” contra Rayados de Monterrey. Después del empate entre los mexicanos y el Inter, nuestra gallardista banda tiene más presión que una botella de gaseosa sacudida. Driussi, con un tobillo que parece haberse enfrentado con una piñata, no podrá estar y la preocupación crece. Hay que ganar, empatar o hacer algún truco de magia, porque una derrota nos deja más complicados que intentar explicar el fuera de juego a nuestra abuela.

La brillante mente de Gallardo se enfrenta al reto de cocinar una fórmula ganadora a fuego lento en California, donde el clima es tan acogedor como un sauna en invierno. Con una cancha que podría rivalizar en sequedad con el desierto del Sahara y fanáticos mexicanos ocupando cada rincón, parece que hasta los balones tienen miedo de rodar. ¡Ah, Lautaro Martínez ya se quejó del césped como si hablara de una ensalada de varitas!

Pero cuando se trata de fútbol sudamericano y mexicano, tenés que agarrarte con ambas manos, porque esto es más movido que una telenovela. ¡Ojo al parche, Ocampos, Ramos y compañía porque el CARP va a dar pelea! Esto no es solo fútbol, es una choza llena de adrenalina y la necesidad de que River no dependa de un karaoke para vencer en alguna fiesta de octavos de final.