Un contrato estilo telenovela…

En la playa, Gustavo Costas estaba más tranquilo que un koala en una siesta eterna, hasta que recibió un llamado misterioso de Maximiliano Salas. Al parecer, el delantero había prometido amor eterno al Racing, cual Romeo, pero sorpresa: ¡el River está detrás de él como mosca a la miel! Pareciera que Salas tiene más ofertas que un vendedor ambulante en San Telmo.

La historia es más enredada que los cordones de los botines de un nene de jardín. River se estiró con los billetes como si fuera chicle para tentar a Maxi, ofreciéndole un contrato que haría llorar de emoción a su billetera. Pero mientras tanto, Costas espera pacientemente… o mejor dicho, con el ritmo cardíaco de quien espera el final de una tanda de penales.

El drama en la telenovela futbolera no para ahí: Costas ya sacó una hoja de cálculo para buscar su reemplazo como si fuera el mestro de Hogwarts eligiendo a su sucesor. Sin embargo, Salas sigue bailando alrededor del tema, haciendo jueguitos y demoras que tienen a toda la hinchada de Racing al borde del asiento. ¿Será el próximo capítulo de esta novela uno de amor o de traición? ¡Habrá que sintonizar la próxima semana!