Julio Cruz y su amor por River e Inter…

Imagináte al mismísimo Jardinero Cruz regando con manguera en mano y sombrero ridículo en Banfield, para luego saltar al césped reluciente donde se batía a goles con Francescoli en River. Así, como si fuera un personaje de Looney Tunes que vive en el mundo paralelo del fútbol top. El tipo pasó de cosechar semillas a ser el rey de los goles en el Inter del siglo XXI, ¡como si fuera un mago que hace aparecer títulos en fila! Y de paso a Alemania 2006 con la Selección, porque como postre, ¿a quién no le gusta una buena Copa del Mundo?

Y ahora, ¡tachán! Cruz se encuentra sudando la gota gorda pensando en el choque del siglo: River contra el Inter. Porque claro, su corazón late como un tambor desafinado por estos dos clubes. Cree que se viene una épica batalla digna de una película de superhéroes, donde Gallardo es un Messi ninja y Lautaro, un Iron Man con camiseta. Resulta que los intercontinentales contra europeos le dan adrenalina, como un mate amargo bien cebado al borde de la cancha.

La estrella que nunca fue, Mastantuono, es motivo de suspiros también. Cruz lo imagina cual Picasso en un club lleno de farolitos asiáticos si llega al Inter. ¡Lo pone allá arriba! Dice que la cabeza del pibe es tan avanzada que a los 17 años ya tiene GPS para goles y asistencia en cada pie. ¡Casi un cyborg armándose solo! Misterios de la galaxia futbolera, estos genios que aparecen encandilando a los más veteranos con cada toque de bola brillante.