Viernes de locuras y Libertadores al galope…
¡Atención fanáticos! Gallardo, el orfebre del fútbol, ha regresado al Camp con más energía que una tortuga ninja. Su misión: enterrar el Mundial de Clubes en el baúl de los malos recuerdos y convertir el plantel en la Máquina del Tiempo para la gran Copa Libertadores. Imaginemos que Gallardo, como un chef con receta secreta, mezcla a Maxi Salas, quien podría llegar como una oferta irresistible de Black Friday, más algunos ingredientes secretos como Cepeda, y ¡bam!, tenemos un equipo que promete más que el delivery los domingos.
Los partidos arrancan con el Platense, que viene tan confiado como un gato que cree que puede alcanzar la luna de un salto. Pero el verdadero reto vendrá cuando River se ponga los lentes oscuros y saque los trajes de superhéroe para los clásicos. Primero ¡a volar a Córdoba! y desafiar al Instituto como un Rocky novato. Luego, San Lorenzo se prepara en Núñez para un duelo que promete ser más caliente que una pizzería en verano, esperando que River no resbale en la cancha como una banana en una comedia slapstick.
Todo esto mientras el contador de adrenalina sube para la Libertadores y la serie con Libertad toma forma en el horizonte. Independiente acecha como el villano de turno, pero River va decidido a ser el superhéroe del año. Y entre idas y venidas, Godoy Cruz dirá presente, intentando dar más vueltas que un trompo, mientras el Muñeco prepara sus estrategias mejores que la Rabona. Un calendario que parecerá sacado de un videojuego, donde los hinchas son los campeones del joystick, listos para vivir cada partido como si fuera el último nivel.