Racing, River y una compra de película…

Mientras Gustavo Costas ve en Maxi Salas al picante perfecto para su asado futbolero, Gallardo no se queda atrás y lo quiere como invitado especial en su mesa de River. ¡Olé, olá, cuánto que vale este muchacho! Ocho millones de euros nada menos, y todas las cuentas en Núñez están a punto de sacar chispas del abaco. Y es que la idea del Muñeco es simple: tenerlo en Ezeiza antes de que Maxi siquiera saboree un sanguche de milanesa en San Luis.

Las cabezas de los directivos de River se acercan tanto, que cualquiera pensaría que están a punto de hacer una coreografía en el Monumental para resolver este entuerto. Con Racing a punto de subirse al colectivo rumbo al Estadio Juan Gilberto Funes, la ansiedad es tal que parecen chicos esperando que Papá Noel descienda en helicóptero. Y es que nada dice “queremos un refuerzo ya” como hacer caer una carretilla de euros frente a la dirigencia de Diego Milito.

El pobre Driussi, con un tobillo que parece haber sido inventado por Picasso, está en reposo con un mate en la mano y mucha esperanza en volver a tiempo. Mientras tanto, Gallardo cocina esta novela de compra-venta buscando que Salas llegue como el héroe de capa y gol. ¡Qué se arme la fiesta, señores!