Gallardo y su sueño futbolístico: ¡Maxi Salas!…

En una trama más enredada que una colcha de pulpos, River Plate está de vuelta entrenando y centrado en la gran telenovela del invierno: el desembarco de Maxi Salas. Parece que Gallardo, cual cupido del balón, insistió tanto en traer al delantero que se escuchaba su eco desde el Monumental hasta el Obelisco. “Es él o el caos”, decía el Muñeco, mientras le guiñaba el ojo al sol en pleno invierno.

El equipo, que está más emocionado que un perro en una carnicería, volvió a las prácticas con la sonrisa de quien sabe que su tiburón favorito está por llegar al acuario. Mientras tanto, el frío mercado de pases se calienta más que el motor de un colectivo en hora pico: Salas ya se despidió de Racing como quien se despide de una dieta antes de un buffet libre.

Por fin, al otro lado del puente Avellaneda, las caras largas en Racing son más evidentes que un penal en tiempo de descuento. Total, sabían que el pacto de caballeros era más frágil que un castillo de naipes en un tornado. Maxi Salas, el delantero que todos quieren y que ahora vestirá la banda roja, protagoniza un capítulo épico: el de quien se va por la puerta grande, pero cruza al lado rival con la alegría de un niño en Navidad.