Boselli y el ping-pong de fútbol entre River y Estudiantes…

Alerta a toda la hinchada: Sebastián Boselli está viviendo un episodio digno de una telenovela, pero en versión fútbol. Resulta que Marcelo Gallardo, cual director de orquesta, decidió tocar la melodía mágica de la cláusula de repesca, con más intriga que en una película de espías, para traer a Boselli de vuelta a River antes de lo esperado. Pero los amigos de Estudiantes tienen otros planes y quieren que el defensor juegue al estilo superhéroe en la final de la Supercopa Internacional contra Vélez, el martes, a menos de 24 horas del cierre de la negociación. ¡El reloj hace tic-tac mientras las dirigencias practican el arte del tira y afloja!

Por si fuera poco, la relación entre las dirigencias de los clubes parece un episodio de la guerra de las galaxias. Por un lado, River luce la carta secreta de liberar un cupo de extranjero, mientras sueñan con el regreso de Juanfer Quintero. Por el otro, el Pincha está como un chef con el puchero a medio hacer, sufriendo bajas en defensa que les deja el ánimo tambaleando cual torre de Jenga mal equilibrada.

Mientras tanto, el pobre Boselli, que algún día pensó que solo tendría que preocuparse por elegir entre la camiseta del Pincha o la de River, ahora espera a que la diplomacia futbolera decida su destino. Pero no todo es drama en esta película: cuando no está esperando su nuevo capítulo en esta saga, anda recordando su gol en el debut en la Libertadores como si fuera un marciano que aterrizó en Venezuela para deleitar con su juego. Así que, entre dimes y diretes, este martes habrá más tensión que en una final del Mundial.