Crespo, un DT con martillos y costales de goles…
¡Atención, atención! Directamente desde el planeta de las oportunidades perdidas, Gonzalo Tapia aterrizó en Brasil como un meteorito evitando el área. Este joven prometía ser el próximo Maradona, pero en Núñez más que un astro, fue un asteroide que pasó de largo. Crespo, con su sabiduría de delantero legendario y su colección de martillos simbólicos, dejó caer un comentario revelador: “El que baja el martillo es la directoría, yo acá soy solo un director técnico con un magnificente bigote”.
Desde São Paulo, Tapia está tan contento de estar allí que podría confundirse con un chico en un parque de diversiones al que le prometieron kiosco libre. El delantero chileno, que en River tuvo menos éxito que un paraguas en pleno huracán, dio sus primeras palabras en el aeropuerto. Mientras tanto, River ya prepara el cupo dejado por aquele, esperando traer refuerzos que sean más goleadores y menos turistas.
Gonzalo “El Casi Goleador” Tapia, apunta a renacer en el San Pablo, mientras Crespo planea convertirlo en una máquina de goles… o al menos en una máquina de intentos. Por lo pronto, en el Monumental se sigue buscando ese pelota que Gonzalo mandó a la estratósfera. Ahora, con 18 meses de catarata de goles en São Paulo, solo queda ver si el chileno logra cambiar la moda de los arcos vacíos por las piolas fusiladas.