Gonzalo Tapia como héroe despistado…
Gonzalo Tapia, nuevo en la jungla del fútbol brasileño, debutó como una cometa extraviada en el firmamento del Brasileirao. Después de un giro inesperado, se encontró mano a mano con el arco del Corinthians, pero, en un arrebato más loco que un perro persiguiendo su cola, la pelota decidió tomarse vacaciones fuera de la cancha. El público se quedó con la boca abierta como si hubiese visto a un alienígena jugando al fútbol con pantuflas de conejito.
Hernán Crespo, desde el banco, quedó con cara de estatua de sal. Quizás pensó que Tapia iba a sacar un conejo de la galera, pero lo único que apareció fue un remate que aterrizó en el lugar más lejano del universo. Al menos el chileno le puso onda y dejó al estadio con la misma sensación que un pibe al que le prometieron chocolate y solo le dieron brócoli.
Pero el destino no fue tan cruel, y el San Pablo terminó ganando por 2-0 gracias a un doblete de Luciano da Rocha Neves, que andaba tan inspirado que seguro esa noche pudo ganar al Cacho con los ojos cerrados. Gonzalo, cual caballero medieval, estará a préstamo tratando de afinar la puntería por 18 meses más, listo para el próximo partido contra Juventude, donde intentará redimirse, o seguir practicando sus chilenas… de otra manera.