De Azul a Madrid, el delirio del hincha…
Franco Mastantuono aterrizó en el aeropuerto de Madrid y el lugar se transformó en una convención de camisetas deseosas de un autógrafo. Era tanta la emoción que las prendas se firmaban solas, como si fueran hojas de un árbol mágico. Y ahí estaba Franco, tan fresco como una lechuga, con su look a lo Beckham –aunque a nuestro Beckham le falta el tatuaje de dragón y el rodete de samurái– firmando camisetas de River, Real Madrid y hasta de la Selección. ¡Una locura, señores!
Los hinchas del Millonario lo esperaron como si Franco cambiara el agua en vino. Ni bien bajó del avión, todo el aeropuerto retumbó con gritos, como si anunciara el hallazgo del tesoro perdido más grande del fútbol: “Voy a seguir los pasos de Don Alfredo”, cantó Mastantuono en una ópera épica dedicada a los hinchas. Mientras tanto, el diario Marca comparaba su llegada con la de Beckham, aunque estilísticamente aún nos falta verlo en calzas brillantes y un reno al hombro, como dictaría la moda futbolera.
Y así, a punto de cumplir 18, Mastantuono ya sueña con la camiseta número 10 del Real, aunque un tal Mbappé tenga preferencia. “Si quiere la 10, adelante, ¡es un ídolo!”, dijo Franco casi gritando, como si Mbappé estuviera pidiendo permiso para usar su propia camiseta. Mientras el joven vivía un sueño adolescente, la historia de River y Madrid ya escribía su próximo capítulo, con un jugador que tiene cara de futuro pero pies de tradición. ¡Que no le tiemble el pulso al chico del Azul, que los autógrafos recién comienzan!