El lateral entre aplausos y un cierre explosivo…

¡Ay, Gallardo! ¡Que alguien traiga una calculadora porque este Huevo salió con sorpresa! Marcos ‘el Huevo’ Acuña, fue aclamado por el estadio Lumen Field como si hubiera convertido agua en fernet. Un partido sublime que lo catapultó al nivel de un superhéroe, pero ya casi en el pitido final, la emoción lo llenó de energía más que al motor de un auto a batería.

¿Quién lo iba a decir? Este lateral izquierdo, que venía con más desgarros que una banda elástica mal usada, resultó una joya culinaria que se cocinó a fuego lento como un buen asado en lo de Scaloni. En su odisea por el Mundial de Clubes deslumbró con más asistencias que el chiringuito de la playa y una defensa más fuerte que intentar abrir un frasco de mermelada. Sin embargo, su aparición estelar se vio eclipsada cuando decidió usar su talento en el arte marcial del roce futbolero.

Acuña terminó en un duelo más caliente que un sartenazo, dejando a Gallardo con la cabeza llena de pájaros. Su bronca con Dumfries hizo que el estadio entero se sintiera como en medio de un gif infinito de memes futboleros. Aunque salió iracundo antes de lo previsto, demostró que entre aplausos y cerrones hay un huevo de diferencia.