¡Demichelis y el clásico mexicano: un drama de telenovela!…
Era una fecha marcada en los calendarios de fútbol y de chismes por igual, pero como todo buen melodrama, el destino tenía otros planes. Martín Demichelis, el hombre más esperado de Monterrey, recibió una patada de despedida antes de tiempo, ¡y no precisamente en el campo! Ahora, el polvoriento Monty no cruzará espadas ni con River ni con Gallardo, dejando a todos con ganas de un caos digno de un culebrón futbolero. La culpa, como siempre, es de esos goles de visitante que aparecen como una cucaracha en la torta, complicando más la trama que una novela de García Márquez.
Demichelis había llegado a tierras mexicanas como un conquistador en busca del oro perdido, pero salió como quien pierde los lentes en la playa y nunca los encuentra. El equipo de los Rayados quedó más rayado que un cuaderno en manos de un niño de primaria, y el 2-1 contra el Toluca fue la gota que derramó el vaso de agua de horchata. La eliminación fue más dolorosa que pisar un clavo, y la hinchada se quedó, cómo no, con el amargo sabor de un taco sin sal. Aunque no parezca, incluso en las mejores novelas mexicanas, el héroe no siempre triunfa.
El morbo y las intrigas estaban para darle a este Mundial de Clubes un giro digno de una serie de Netflix, pero sin Demichelis, es como armar un rompecabezas sin una pieza. Con algunas relaciones más rotas que un vínculo por WhatsApp después de las 3 de la mañana, Demichelis se despide con un portazo novelesco del Monterrey. Mientras tanto, su futuro es un enigma más grande que entender un saque de banda, y lo podrían estar esperando con tacos y enchiladas en Alemania. ¡Vamos, Micho, a oxigenarse con las nubes de Bavaria!