Franco Armani, el Superman del arco millonario…

Franco Armani, ese ser sobrenatural desde Casilda, escaló al Olimpo de los arqueros con sus atajadas dignas de una película de superhéroes. En Lima, el Pulpo sacó manos de quién sabe cuántos tentáculos para mantener a salvo la valla, como si el arco fuera un cofre del tesoro. ¡Ay los Universitarios! Tendrían más suerte tratando de atar al viento que anotarle un gol a este coloso vestido de negro.

El partido parecía firmado en un contrato de alquiler a 0 goles por hora, hasta que Universitario empezó a picar como abejas en jardín ajeno. Pero ahí fue cuando Franco se disfrazó de un gigante de feria, con manoplas en vez de manos, volando como un cóndor peruano para sacar pelotas de acá, de allá y de más allá. Y cuando te sentabas todo campante con el mate en la mano, te encontrabas a Armani planeando con sus atajadas el final perfecto de una telenovela coperística.

Eso sí, Franco no se privó de poner un poco de drama al final. Actuó de árbitro y juez cuando, como un Conan con guantes, salió a pegarle los puñetazos a la pelota hasta el borde del área, dejando a los hinchas de Universitario con caras de haber visto un eclipse y asegurando que, si River sigue así, la Copa la van a necesitar en tamaño jumbo. ¡River Plate, con alma de carnaval y Armani de arquero, pinta bien, bien grande este 2025!