Bareiro se despide y River juega al Tetris…

¡Extra, extra! Adam “El Alquimista” Bareiro ha encontrado la piedra filosofal en Brasil: el cupo de extranjero. Después de verse más fuera de lugar que un helado en invierno con el tiki-taka de Gallardo, este delantero paraguayo llega al Fortaleza con más protagonismo que Messi en la plaza del pueblo. River, por su parte, endulzará su libreta de ahorros como si hubiera encontrado la fórmula mágica de duplicar billetes y, de paso, liberará un cupo como quien suelta un globo al cielo. Gonzalo Tapia, atento a todo este cambalache, también busca salida como si su pasaporte estuviera en llamas.

El traspaso fue como ganar el Loto; propuesta de 3.5 millones como trofeo, una tan larga como interminable saga con transferencias que harían llorar al mismísimo Excel. Bastó que Al-Rayyan pusiera un milloncito para abrir la danza. ¿La cereza del pastel? Bareiro cumplirá 29 años mientras se va, como el tipo que sopla las velas y se va del cumpleaños sin terminar la torta. Para River esto es más que fútbol, es una obra maestra de ajedrez: un movimiento que abrirá caminos a refuerzos como si fueran peajes en la Panamericana.

Curiosamente, Gallardo tiene entre ceja y ceja al extremeño Lucas Cepeda, el sprinter de Colo Colo, como si fuera el próximo Messi de turno. Todo depende ahora de que el acuerdo con Fortaleza se haga tan rápido como dejan los zapatos al correr sobre hielo. ¡Tapia también! Luego de una temporada más discreta que un ninja, su futuro parece listo para partir, igual que un alfajor en manos de un niño. Así que atentos, porque entre traspasos y oportunidades, el mercado de River es como una película de acción sin pausa. ¡Esto es River, papá!